El acuerdo establece que los buses, principalmente de la Cooperativa de Transportistas Unidos del SUR, (Cootraus), se trasladan al mercado a partir de mañana para hacer uso de la zona de descargue y de la terminal privada del empresario Johnny Quintero, por la parte gubernamental, mientras que los comerciantes rebeldes asumen desde hoy el compromiso de mudarse en un plazo no mayor de tres días y liberar las calles del centro de la ciudad.
No obstante, el alcalde, Mariano Madrigal, fue categórico en afirmar que el plazo dado por las autoridades no puede ir más allá de tres días, aunque se hable de un proceso gradual, si los buses comienzan a moverse desde el viernes, pues igual debe iniciar la depuración de las calles, señaló el edil Rojinegro.
Expresó, así mismo, que con los vendedores que han emigrado a Jinotepe, tendrán que buscar sus propias localidades y buscar la manera de vender en sus propios mercados, porque la disposición es dar respuesta a los que son jinotepinos.
El viceministro del transporte, ingeniero, Franklin Sequeira, también señaló que sí el gobierno, a través del diálogo y el consenso, logró finalmente un acuerdo, nadie se puede resistir a lo acordado y si los buses llegan desde el viernes, los comerciantes deben limpiar las calles a lo inmediato.
Sayda Medina, que dirige a los que se tomaron las calles de Jinotepe, pidió perdón a nombre de sus compañeras y compañeros, a la iglesia y padre, Juan de Dios, así como a los jinotepinos por haber nuevamente ocupado las calles del centro de la ciudad, pero dijo que la protesta fue necesaria, porque solo así se lograría el traslado de la terminal, en cambio otros comerciantes que estaban en el Centro de Convenciones, esta tarde, arengaban a Medina, para no firmara los acuerdos, lo que al final no sucedió porque la dirigente estampó su rúbrica en el documento, que además suscribió la segunda jefa policial de Carazo, Comisionada Mayor, Marisol Aburto, la señora Justa Pérez, en representación del FSLN, el viceministro de transporte, Franklin Sequeira, y como garante el padre, Juan de Dios García.
El sacerdote, en declaraciones a los periodistas, expresó su simpatía y confió en que tanto el gobierno como los comerciantes van a cumplir para evitar que vuelva nuevamente el desorden al centro de la ciudad.
