En medio de cánticos y alabanzas, la comerciante que por más de 50 años suplió de verduras y otros adtivos alimenticios a los caraceños, fue acompañada por los nadasmeños, y por muchos comerciantes caraceños que viajaron en dos buses de Jinpotepe hasta la casa de "La Tona".
En su casa de habitación previo a su sepelio hubo un oficio religioso, en donde un pastor remebraba la resurección que promete el creador en la Biblia, tal como lo hizo Jesús con Lázaro. De camino al cementerio los mariachis no callaron, sino que tambien con sus trompetas de anuncio de vida entonaban cánticos cristianos.
El Alcalde de Jinotepe, Mariano Madrigal Rodríguez hizo acto de presencia en la vela y sepelio, y otros jinotepinos que llegarona mostrar su solidaridad, entre ellos quien escribe esta nota. La Tona descanza en la Paz del Señor.
Periodista: Manuel Alvarez