Lunes 29 Abril 2024
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Nicaragua: mujeres trans y la lucha por sus derechos

En Nicaragua las mujeres trans demandan mayor celeridad para que se apruebe una ley de identidad de género.

Mujeres trans en Nicaragua
Mujeres trans en Nicaragua

Ludwika Vega tiene grabada en su mente tres recuerdos que aún le calan, dos de ellos fueron durante su niñez y uno de adulta. Las burlas de sus compañeros en el colegio y las de su familia que le decían que tenía “modos de niña”.

El tercero es el más reciente, pero no el menos doloroso, y tiene que ver con el intento de asesinato del que fue víctima en 2019 y del cual nunca hubo justicia. Las pesadillas la acompañaron por meses, dice.

En ese entonces Vega fue agredida salvajemente por dos hombres en moto que la interceptaron cuando salía de las oficinas de la Asociación Nicaragüense de Mujeres Transgénero (Anit), de donde ella es presidenta.

La golpearon con una piedra en el rostro, desprendiéndole piezas dentales y provocándole sangrado. Posteriormente, los desconocidos agredieron a la activista con un objeto corto punzante, ocasionándole cinco heridas: una al lado del pecho, tres en la espalda y otra en uno de sus costados.

La activista escapó de tener el destino de su compañera “Lala”, una mujer trangénero nicaragüense de 22 años que fue asesinada cruelmente en 2021 por dos hombres que la arrastraron amarrada a un caballo por varios metros, para luego quitarle la vida a pedradas.

Y aunque los responsables fueron condenados a cadena perpetua, Ludwika espera que la sentencia se cumpla. “Se les tiene que dar cumplimiento. Después dicen que, porque se portó bien, lo vamos a dejar en libertad. No, porque las vidas de las compañeras no se recuperan”, dijo. La homosexualidad era penalizada en Nicaragua hace menos de dos décadas.

Mirar hacia atrás y ver los logros que la comunidad LGTIQ ha obtenido en Nicaragua es asombroso, dice Vega. La homosexualidad es apenas legal desde el año 2008, un año después que Daniel Ortega asumió el poder. Anteriormente el Código Penal castigaba con cárcel el delito de la “sodomía”.

Sin embargo, la comunidad LGBTIQ enfatiza que, con Ortega, si bien hubo avances, quedaron pendientes legislaciones para el reconocimiento de las transgénero, como una ley de identidad de género, así como el reconocimiento del matrimonio igualitario.

“Mi nombre legal es Guillermo y así legalmente me reconocen”, lamenta Vega. “Para poder viajar tengo que usar un pasaporte que dice Guillermo, para cobrar tengo que hacerlo con un cheque que diga Guillermo. Ya he tenido problemas tanto en los bancos como en muchos lugares más porque cuando yo llego como ando naturalmente a diario vestida, se confunden”.

De hecho, menciona que la falta de identidad ha dejado a muchas mujeres transgénero desempleadas, pues no hay políticas que hagan que las empresas respeten las diversidades sexuales. Vega, por ejemplo, se graduó con un título de licenciada en mercadeo, pero en el diploma sale el nombre legal.

“Las oportunidades laborales son limitadas, si no es por los mismos proyectos que nosotras venimos trabajando y podemos recibir [fondos] no trabajamos; y los proyectos tardan cuatro, cinco, seis meses. Raras veces son un año o dos años. Por lo que son trabajos temporales, no son salarios fijos”, subrayó.

La socióloga María Teresa Blandón, quien ha trabajado por décadas en temas de género, es enfática al reconocer que aún quedan desafíos en Nicaragua para reconocer a las mujeres trans o bien “un cuerpo diferente”.

Y esto tiene que ver con que existe una sociedad muy conservadora, como la nicaragüense, acota Blandón, “donde la gente se siente autorizada a condenar, a estigmatizar, a rechazar y a discriminar a los cuerpos que no se someten al orden binario y al orden heterosexista”.

“Presentan estos cuerpos como si fueran cuerpos anormales y, en muchos casos, como si fueran cuerpos del pecado o del delito, porque los colocan al margen de la moral y los colocan también al margen de la ley. Entonces es muy difícil porque hay mucha violencia simbólica que está presente en todos lados y que muchas veces se traduce como violencia textual y como justificaciones para la discriminación”.

Las promesas incumplidas

Cuando el gobierno de Daniel Ortega regresó al poder hubo promesas que se hicieron incluso en el tiempo de campaña para reconocer derechos a la comunidad LGTB. Las activistas mencionan que, de cierto modo, se cumplieron unas demandas, pero por otro lado hubo mentiras.

“Muchas de las activistas de este movimiento de alguna manera tenían expectativas de que sus demandas y de que sus derechos fueran reconocidos”, recuerda la socióloga Teresa Blandón.

De hecho, un año después de la llegada de Ortega al poder se dieron cambios positivos, como la derogación de la “sodomía”. Posteriormente se creó por primera vez en la historia de Nicaragua una procuraduría especial para la diversidad sexual y se puso al frente a una activista lesbiana. Pero con el tiempo, la desilusión se hizo más palpable.

“Progresivamente, la comunidad se fue desencantando. Incluso, durante algún tiempo, la procuradora de la diversidad prometió a los colectivos que iban a trabajar y a presentar una ley de identidad de género, pero esto lo hizo ya desde hace más o menos 10 años y nunca salió el anteproyecto de ley, y cuando preguntamos a ella cuál era el estado del anteproyecto, pues nos respondió con evasivas”, rememora Blandón.

Firme en medio de tempestades

Vega sigue su lucha en medio de tormentas y tempestades. La impunidad que quedó con su caso dice que no la detuvo y de hecho trabaja brindando charlas a algunas mujeres trans sobre la importancia de la aceptación y del auto cuidado.

Recuerda que en Nicaragua se han dado varios crímenes de odio en contra de mujeres trans, por lo tanto, advierte que no hay que bajar la guardia y llama a sus compañeras a interponer denuncias ante las instancias correspondientes, aunque reconoce que es un proceso difícil.

“Existe un temor por parte de las compañeras porque el sistema judicial o policial hace mofa de nuestras denuncias, sea el tipo de denuncia que sea. Sea por sentimiento familiar, sentimiento afectivo, amoroso, de pareja, o de donde venga el caso de violencia. Todos los casos que se han expresado ante la policía se dice que son casos por situaciones sentimentales, que sus maridos las golpean”, lamenta Vega.

Según un reporte de la oenegé La Corriente, de enero a septiembre de 2021 en Nicaragua se registraron al menos 57 situaciones de discriminación a la comunidad LGBTIQ, la mayoría han sido en contra de mujeres transgénero.

No hay información oficial del Estado al respecto.

Fuente: Voz de América

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