A dos años de su muerte, la familia materna de Collado manifiesta que su posición es la misma que el primer día de su muerte, y están seguros que los responsables algún día pagarán por sus crímenes.
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"A ella la asesinan cuando intentaba cruzar la calle principal del barrio San Carlos. Ella venía de una reunión de la alcaldía que, por cierto, solo a ellos se les ocurre realizar una reunión cuando la situación no está normal, sobretodo porque la policía estaba atacando a los jóvenes autoconvocados, por la esquina del cementerio el francotirador disparó y la mató dándole el tiro en el cuello propiamente", manifestó un familiar que prefiere el anonimato.
Autoconvocados la llevaron al hospital
La mujer de 40 años trabajó por mucho tiempo en la Alcaldía de Masaya, cuyos funcionarios aseguran que a ella la mataron los jóvenes atrincherados, versión que comparte su esposo, el profesor y militante sandinista Eddy Téllez, mientras en los vídeos filmados por la población en esos momentos, se observa que en realidad los jóvenes la auxiliaron y trasladaron en motocicleta al hospital Humberto Alvarado Vásquez, de Masaya, donde lamentablemente falleció.
"Carolina fue asesinada por el régimen y no les importó (Gobierno) que fuera o no trabajadora de ellos. Ellos mataban a quien quisieran, niños, familias enteras y hasta a sus trabajadores", asegura este familiar.
La muerte de Collado, al igual que la de más de 40 masayas, asesinados durante las protestas sigue en la impunidad y se desconoce cualquier acto investigativo por parte de las autoridades, aunque la familia de esta mujer, madre de tres hijas, no espera nada del Gobierno.
"Del gobierno no demandamos nada, porque las personas que la asesinaron fueron promovidas por el gobierno mismo, de forma tal que con ellos. justicia no vamos a encontrar. Confiamos en tener algún día un sistema de justicia verdaderamente imparcial que nos permita esclarecer lo sucedido y que el responsable pague por su crimen. Justicia, verdad, reparación y no repetición eso es lo que se va a lograr con un nuevo Gobierno", dijo la fuente.
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Su familia y amigos recuerdan a Carolina, o Carol, como le llamaban de cariño, como una mujer de corazón bondadoso, humilde, trabajadora, muy eficiente, quien luchaba siempre para sacar adelante a sus tres hijas, a las que no pudo acompañar en sus proyectos. A pesar de que no hubo autopsia, la familia materna, que se encargó de sus honras fúnebres, asegura que "su vida fue apagada de un balazo o disparo con un arma de alto calibre, ya que le abrió la garganta".
