Esta mujer trabajadora de piel morena, baja y delgada, a sus 65 años se gana la vida en una de las aceras contiguo a La Curacao, porque vive sola y debe pagar renta, agua y luz.“Yo tengo más de 20 años de vender aquí. Hice mi clientela desde que vivía por el Juan José Rodríguez, diario pasaban los estudiantes a comprarme, cuando el fresco en aquel entonces valía un peso”, recuerda.
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En la pequeña mesa de madera acomoda 3 baldes pequeños, junto a una carretilla de metal que viene empujando desde el barrio San Antonio, de Jinotepe, hasta el centro de la ciudad. Lo último que busca es el hielo para que no se derrita.
En su puesto hay variedad de 3 refresco, pero el que más buscan los clientes es el cacao. A esta humilde señora no le hace falta pregonar sus productos, pues ya a las 9 de la mañana están pendientes los clientes de su llegada, y van encargando lo que ella accede a guardar en frascos limpios y aparte.
“Diario traigo 3 clases de fresco. El cacao es el principal (lo dice muy orgullosa), por la gran aceptación y el precio económico, comparados con los que ofrecen el resto de las vendedoras, traigo chía con tamarindo y a las 11 de la mañana ya no tengo nada, voy de regreso a mi casa, pero antes busco las frutas de que estén en temporadas y un poco baratas para variar al día siguiente.
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Su trabajo le ha permitido sostenerse económicamente, admite “Doña Chilito”, quien asegura que “las ventas han disminuido, antes yo hacía 3 libra de cacao ahora solo logro traer una libra, por miedo a que me sobre producto y se descomponga, por la leche es muy delicada”, explica la jinotepina dueña de pequeño negocio de fresco.
¿Cuál es la receta ?
Los clientes se toman el refresco y al mismo tiempo hacen plática amena con doña María Auxiliadora, a quien ven con mucho respeto. Otros, en cambio, preguntan la receta para que le quede un buen sabor al fresco de cacao en casa. De igual forma, llegan personas y piden que si puede prestar sus servicios en hacer un fresco de cacao igual, la bebida de mayor preferencia para la celebración de cumpleaños y eventos, tomando en cuenta que es muy fácil de preparar y sus ingredientes fáciles de conseguir. Lo que ve con buenos ojos, porque esa oferta de trabajo no es todos los días, es por casualidad, logra sacar un dinero extra para seguir sobreviviendo.
De lunes a sábados usted puede tomarse una deliciosa bebida típica nicaragüense como el cacao, en el puesto de esta señora o bien otro producto de acuerdo a su gusto. El precio es de 15 córdobas, si prefiere vende los 20 Córdobas, tomando en consideración el bolsillo del cliente, ante la situación económica que vive el país, prefiere quedarse en casa los domingos descansando.