Decenas de ciudades a lo largo y ancho de Estados Unidos vivieron un fin de semana de protestas, saqueos y toques de queda, pues la manera en que murió Floy ha causado conmoción e indignación.
La mayoría de las protestas fueron pacíficas, con personas con carteles de Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan) y “No puedo respirar”, coreando en voz alta y armados con máscaras para protegerse del coronavirus.
Sin embargo, algunas manifestaciones se volvieron violentas durante el fin de semana, incendiando edificios y autos de la policía, destrozando ventanas de negocios, saqueando y chocando con las fuerzas policiales. Funcionarios federales del orden público dijeron que grupos como los supremacistas blancos y los anarquistas están detrás de parte de esa violencia.
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Tras el caos desatado las autoridades respondieron con confrontaciones contundentes, dispararon gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma contra la multitud y arrestaron a cientos en todo el país. En la ciudad de Nueva York se vio a un vehículo policial abriéndose paso entre una multitud de manifestantes. En Atlanta, dos agentes fueron despedidos luego de que su arresto violento de dos estudiantes universitarios quedara captado en video.
Cerca de 4.000 personas han sido arrestadas en todo el país desde el martes, por razones que van desde presuntas infracciones al toque de queda hasta actos de destrucción.
Los hechos
Los hechos comenzaron el 25 de mayo, poco después de las 20:00 hora local, cuando un empleado de Cup Foods, una tienda de abarrotes en Minneapolis, reportó a la policía un billete falso de US$20. El empleado creyó que el billete que George Floyd había utilizado para comprar un paquete de cigarrillos era falsificado.
Floyd vivía en Minneapolis desde hace varios años tras mudarse desde Houston, su ciudad natal en Texas.
En la llamada realizada al 911, el número de los servicios de emergencia, el empleado le dijo al operador que había exigido que se le regresaran los cigarrillos, pero que Floyd no quería hacerlo, según se lee en una transcripción de la llamada publicada por las autoridades.
El empleado indicó que el hombre parecía “borracho” y que “no estaba en control de sí mismo”, señala la transcripción.
Poco después de la llamada, aproximadamente a las 20:08, dos agentes de policía llegaron al lugar.
Floyd estaba sentado con otras dos personas en un auto estacionado a la vuelta de la esquina.
Después de acercarse al auto, uno de los agentes, Thomas Lane, sacó su arma y le ordenó a Floyd que mostrara las manos. Lane, expresan los fiscales, “colocó las manos sobre Floyd y lo sacó del auto”.
Una vez esposado, Floyd Lane le explicaba que estaba siendo arrestado por “utilizar moneda falsificada”. Fue cuando los agentes trataron de meter a Floyd en el auto patrulla cuando comenzó un forcejeo. Floyd “se puso tenso, se cayó al suelo y le dijo a los agentes que era claustrofóbico”, indica el informe.
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Durante ese intento, a las 20:19, Chauvin sacó a Floyd del asiento de pasajero, "lo que hizo que se cayera al suelo”, dice el reporte. Se quedó allí, postrado boca abajo, y todavía esposado.
En ese momento los testigos comenzaron a filmar a Floyd, que parecía estar en un estado de angustia. Floyd estaba siendo sujetado por los agentes cuando Chauvin colocó su rodilla izquierda entre la cabeza y el cuello del afroestadounidense.
“No puedo respirar”, decía repetidamente Floyd, suplicándole a su mamá y rogando “por favor, por favor, por favor”. Durante 8 minutos y 46 segundos, Chauvim mantuvo la rodilla sobre el cuello de Floyd, afirma el reporte de los fiscales.
Cuando habían pasado los primeros 6 minutos de ese período, Floyd dejó de reaccionar.
Derek Chauvin, de 44 años, fue detenido y acusado de homicidio en tercer grado.