Completamente desolado, una que otra ruina y dos perros atrapados tras el cierre de los portones fue lo que se observó al completarse una parte importante de la mudanza, mientras en los contornos a la parte interna del mercado viejo los comerciantes se daban a la tarea de desmantelar sus tramos, que muchos llaman “Tarantines, o Caramancheles”, que se habían tragado el viejo centro de la ciudad.
Uno que otro comerciante, hasta ayer oponía resistencia al traslado, mientras los concejales, y el personal de la alcaldía realizaban labor persuasiva para asegurar que todos los comerciantes estarían en el nuevo mercado municipal que ya se encuentra casi en su totalidad ocupado.
Piden limpieza y proyecto de aguas negras
Pobladores del sector del viejo mercado están atentos al proceso del traslado y consideran que se necesita a lo inmediato la limpieza y fumigación casa a casa del sector, tras demandar que la basura que va quedando de los tramos removidos sea trasladada de inmediato al vertedero porque no soportan el mosquero.
Sugieren además, que antes de que las calles sean reparadas cuando termine la mudanza, se debe implementar a lo inmediato un proyecto de aguas negras, para evitar mayor contaminación en el sector.