Hay quienes creen que dichas historias no superan la realidad y solo quedan plasmadas en el talento de quienes crearon Sherlock Holmes, Sam Spade, Hércules Poirot, Phillip Marlowe y Perry Mason, por mencionar algunos. Sin embargo, el medio de comunicación La Prensa en uno de sus artículos recientemente dio a conocer el caso de Mildred Gómez y Jorge Meza, dos nicas que no figuran en las páginas de esas obras cuyos personajes se dedican a la investigación, al contrario ambos son la muestra palpable de que la realidad supera la ficción.
“Ellos son detectives de carne y hueso, aguzados, detallistas y ajustados a las nuevas tecnologías para resolver los casos que les encomiendan”, menciona el escrito elaborado del medio antes mencionado.
Tanto Gómez como Meza, quienes abrieron hace cuatro años su oficina de detectives y servicios jurídicos mencionaron que la mayoría de los casos que les encomiendan es de averiguar sobre infidelidades.
“Quienes nos buscan para que le sigamos los pasos a su pareja, de quien sospechan le es infiel, son personas con comodidad económica que tienen para pagar este tipo de servicios”, dice la también abogada Mildred Gómez.
Las personas que requieran de este servicio deben cancelar el 75 por ciento del valor del trabajo por adelantado, porque el trabajo de campo es costoso.
“Si andamos tras los paseos de una persona infiel y esa persona ingresa a una discoteca, un restaurante, un motel, también nosotros tenemos que hacerlo para lograr obtener la evidencia o prueba”, explica la detective.
Los dos para conseguir su cometido han tenido que disfrazarse de mendigo, o bien de hacerse pasar como trabajadores de una empresa prestataria de servicios públicos.
“En el trabajo de investigación ninguna información sobre lo que uno busca debe ser desestimada; muchas veces la persona que uno menos imagina tiene la información que se anda buscando”, señala Jorge Meza, quien también es abogado, así como su esposa Mildred Gómez.
El matrimonio trabajaba en la Policía de Nicaragua, pero una vez que salieron de la institución policial, donde obtuvieron su licenciatura en investigaciones criminales, ahora se ganan la vida haciendo lo mismo que realizaron en la institución guardadora del orden público, pero de manera privada.
“En Nicaragua las oficinas de detectives privados también brindan servicio de ubicación de prófugos de la justicia, vehículos robados, revisión de antecedentes penales. Además “siguen los pasos” a jóvenes cuyos padres sospechan que andan por caminos tortuosos”, indica el trabajo elaborado por la Prensa.
“En su experiencia como investigadores privados Meza y Gómez también han esclarecido robos en empresas, pero los resultados de sus investigaciones son entregados a quienes los han contratado y luego quienes los contratan deciden si ponen o no de la denuncia ante las autoridades policiales”, agrega.
El escrito finaliza haciendo referencia que recientemente también padres de familia han solicitado de la habilidad de Mildred y Jorge para que descubran “por qué sus hijos están llegando en las madrugadas o con aliento a bebidas alcohólicas.
“La ley dice que el órgano investigador es la Policía, pero a nadie le está prohibido por la ley investigar de manera privada”, señala Meza.
