En el barrio Pedro Joaquin Chamorro de Diriamba, es inaguantable el humo que proviene del basurero municipal, unas 532 familias sufren con la quema diaria de basura.
Un ambiente oscuro y totalmente toxico se respira en todo momento por la cantidad de humo. Pobladores manifiestan que este problema origina muchas enfermedades y son más vulnerables a infecciones en la piel o tos.
Debido a la protesta que organizaron los mismos ciudadanos de no dejar pasar los camiones de la basura, las autoridades municipales hicieron el trasladado del vertedero hacia el sector de San Carlos o “El Palo de Pan”, pero hace poco anunciaron que no han terminado con el nuevo depósito.
Alrededor de 15 años aproximadamente llevan estos ciudadanos soportando ese calvario, pero ahora los que viven en la Colonia de los Trabajadores de la Salud y el barrio Roberto Clemente, también han sido afectados.
El hedor es fuerte, porque aparte de las quemas de plástico se prenden en llamas los desechos que salen de los hospitales, lo que produce ardor en los ojos y picazón en los brazos cuando el viento arrastra pequeños residuos quemados.
Cuando el humo ingresa a las viviendas se vuelve caótica la situación, porque los que padecen de enfermedades de asma y alta presión, son los que más sufren.
A la hora de cada comida los habitantes también sufren porque la pestilencia les hace perder el apetito.
Fuente: Maynor García