Después de dos años de ausencia, miles de fieles se preparan para asistir al Santuario de la Virgen de Cuapa, ubicado en el municipio chontaleño de San Francisco de Cuapa, en la región central de Nicaragua. En el 2020 las actividades religiosas fueron suspendidas por la pandemia de la Covid-19.
Este año 2022 la iglesia católica ha tenido una mayor apertura, permitiendo gradualmente la asistencia de fieles a las actividades religiosas. No obstante, los jerarcas de la iglesia han insistido en la necesidad de mantener las medidas básicas para la prevención de la Covid-19, especialmente en los momentos de reunión como celebraciones, procesiones y otras que demandan cuidados.
Una tradición devocional
La primera aparición de la virgen de Cuapa ocurrió el 8 de mayo de 1980, cuando en Nicaragua se instalaba un sistema político tendiente al comunismo y con estrechos vínculos con Cuba y la extinta Unión Soviética. En ese contexto, la militancia sandinista se esforzaba por descalificar la veracidad de lo ocurrido en la entonces Villa de Cuapa, argumentando que se trataba de una manipulación, pero esa campaña no desalentó a la feligresía católica y a muchos más que resultaron conversos hacia el catolicismo.
Desde los primeros años, Camoapa mantuvo su atención en las apariciones de Cuapa y muchas familias asistían con devoción al sitio de las apariciones para elevar sus ruegos y contemplar lo que muchas personas describieron como manifestaciones de la virgen María, aludiendo a los relatos del vidente Bernardo Martínez y los fenómenos extraordinarios en el comportamiento del Sol.
A partir del año 2000 un grupo de jóvenes entre las edades de doce y dieciséis años, originarios de Camoapa, decidieron emprender una travesía por campos y veredas hasta Cuapa, surgiendo así la tradición de la romería, comenta José Marcia Troz, uno de los más entusiastas de esa actividad. “La idea surgió debido a la fe de muchas familias que habían pedido favores de intercesión a la virgen María y sentían la necesidad de pagar las promesas hechas”, relata Marcia.
En las primeras romerías eran pequeños grupos, pero en la última realizada antes de la pandemia se estima que caminaron hacia Cuapa unas 5,000 personas. La romería es un flujo de personas devotas que salen de Camoapa desde la madrugada del día siete de mayo en grupos moderados y a distintas horas.
Entre los grupos más numerosos está el que se organiza en coordinación con la parroquia Medalla Milagrosa, llevando en hombros la imagen de la virgen de Cuapa, elaborada por el artista José Marcia, cuando apenas tenía doce años de edad. En el recorrido el grupo va rezando y tomando descansos pues ahora también se integran personas mayores.
Testimonio personal de fe
“En mi caso, cuando tenía 8 años de edad tuve una enfermedad y tal vez yo no tenía uso de razón pero mi madre me llevó al lugar de las apariciones, me dijo, niño arrodíllese ahí y oraron por mi”, recuerda José Marcia sobre ese episodio de fe que marcó su vida. “Recuerdo a doña Lesbia Núñez y otros hermanos carismáticos de aquí de Camoapa…” agrega Marcia sobre el grupo de personas que ese día oraron por su salud.
La señora Josefa Gaitán, devota de la virgen de Cuapa, señala que participa de la peregrinación desde el año 2010 porque fue curada de una enfermedad muy grave. “Yo le prometí a la virgen de Cuapa que iría a pie hasta el lugar de las apariciones por mi salud, es una experiencia cansada porque vamos sobre potreros, hay subidas y bajadas, pero se vive con mucha fe, todos los católicos, devotos de la madre de Dios deberían vivir esa experiencia”, asegura la peregrina.
Convocatoria ya es oficial
Previo a la oficialización de la romería hacia Cuapa, la iglesia católica se prepara espiritualmente para el evento y en estos días se realiza una novena en el templo Medalla Milagrosa de Camoapa que inició hace algunos días con una misa celebrada por el padre Almer Moncada, párroco de Cuapa.
El sábado siete de mayo los fieles se reunirán a las cinco de la mañana en ese templo parroquial para emprender la romería hasta el santuario de la Virgen de Cuapa, cuyo recorrido puede ser según el camino elegido, de más de 25 kilómetros.
Las personas promesantes se preparan para asistir este año y cumplir con las promesas interrumpidas por la pandemia, adoptando las medidas preventivas como el uso de mascarillas, una vez instalados en el sitio de las apariciones, debido a la aglomeración de personas en el lugar. En esta ocasión se conmemoran 42 años de las apariciones en Cuapa.
