“Quiero decirle a don Rudy (Sevilla Ortiz) que yo le perdono, el Señor tiene un propósito con usted… Dios se me llevó a mi niña, pero es porque también tenía un propósito con ella”, así dijo Arcia Ponce, madre de Wendy Chávez Araica, de 23 años, quien murió al igual que su pareja, Gerald Aguirre Vellejos, de 26 años, después de que Rudy Sevilla quien conducía en estado de ebriedad impactara la moto en las que se transportaban las dos víctimas.
Ortiz quedó en libertad, debido a que en la audiencia inicial realizada este miércoles el abogado defensor, Noel Alonso Cano promovió el acuerdo de mediación ante la jueza Karen Chavarría, en tanto el acusado mencionó que jamás pensó causar este daño, que su familia “también está llevando con profundo dolor”.
El trágico hecho ocurrió la noche del pasado 29 de octubre, en los semáforos de Villa Fontana, en dirección de este a oeste. De acuerdo con la Fiscalía, Ortiz Sevilla conducía en estado de embriaguez extrema, con una concentración de 2.35 gramos de alcohol por litro de sangre, en su camioneta Toyota Hilux, a una velocidad de entre 87 y 97 kilómetros por hora, cuando lo permitido en esa zona es de solo 45 kilómetros por hora.
El accidente
Ortiz impactó por detrás a la pareja mientras ellos esperaban montados en la motocicleta el cambio de luces.
Producto del accidente, Lennyn Aguirre cayó sobre el adoquinado y Wendy Katiuska salió por los aires hasta caer en uno de los lados del vehículo que era conducido por el ciudadano Juan Carlos Velásquez Carrillo.
“Al lugar de la terrible escena llegaron familiares quienes consternados no daban crédito a lo sucedido y exigían a la policía que hicieran justicia con el conductor de la camioneta”, mencionó el periodista Ronald Rodríguez en su cuenta oficial de Facebook, el día en que se registró el suceso.
Chávez y Aguirre eran habitantes del barrio Memorial Sandino, distrito tres de Managua y estaban casi por finalizar sus estudios superiores.