La mujer sobrevivió y durante 16 días luchó por su vida en el Hospital Fernando Vélez Paiz, hasta que ya no pudo más y falleció el sábado 4 de mayo. Desde niño, cuentan sus familiares a medios locales que Alejandro se comportó de mala manera. En cambio, tres hermanos, incluyendo a su gemela, eran todo lo contrario: buenos muchachos, estudiosos, amorosos y dedicados a sus padres; todos estudiaron y son profesionales.
Según los familiares desde la adolescencia, Alejandro se hizo adicto a los juegos de azahar, al licor y poco después a la droga, a todas las drogas. Entró y salió de los hospitales, de los centros de rehabilitación, de congregaciones religiosas y hasta de la cárcel. Sus padres hicieron todos los esfuerzos posibles para ayudarlo pero fue imposible.
Su papá, el doctor Mario Ernesto Lacayo Flores, fue médico pediatra, muy querido por sus hijos y sus pacientes. Falleció a los 74 años el 2 de septiembre de 2019. Los tres hermanos emigraron hace varios años y tras la muerte de su papá, le rogaron a su madre que se fuera a vivir con alguno de ellos. Pero Magda dijo que no podía abandonar a su hijo Alejandro, que ella se quedaría a cuidarlo.
Hace cuatro años, en 2020, en otro arrebato de drogadicto le dio una paliza a su madre que la mandó al hospital. Alejandro cayó preso pero su mamá no quiso presentar cargos. Tampoco después de eso Magda quiso irse. Hasta que se volvió a repetir el suceso, está vez el hijo golpeó y pegó fuego a su madre que lo cuidaba con tanto esmero.