Allan, que era originario de Masatepe, vino a Jinotepe, atraído por el Amor de la joven psicóloga, María José Arias, con la que contrajo matrimonio y procreó un varón.
Sus amigos hablaron muy bien en las Redes Sociales, sobre su disposición al trabajo sin afrenta y fue así que por un año se dedicó a la venta ambulante de refrescos naturales en Jinotepe, principalmente en el parque central y las inmediaciones del supermercado Pali y en centro histórico de la ciudad, aunque sus planes eran trabajar en traducción y un Call Center, por su perfección en el idioma inglés.
Entre tanto este fin de semana el mismo termo anaranjado donde ofrecía sus refrescos, de nuevo estuvo lleno y en un acto piadoso poco común las bebidas fueron repartidas por su viuda en los mismos lugares que Allan, transitó por un año y donde se ganó el cariño y respeto de muchos jinotepinos.
Este sábado en su cuenta de Facebook, su esposa, María José Arias, dedicó a su marido palabras de ternura muy emotivas y le agradeció a Dios el tiempo que estuvo con su familia en Jinotepe.
Señaló que el Amor de ambos es para siempre y que lo amará y recordará por siempre con su hijo a quien espera poder formar bajo los mismos principios que su padre les inculcó.
María José, también agradeció las muestras de cariño y solidaridad de todas las personas que siguen igual que ella lamentando la partida de su esposo al llamado de su Creador y Señor.