Sus pinturas serán el atractivo de una película de Netflix, tras firmar un contrato en el mes de diciembre del año pasado, sobre la historia de una periodista nicaragüense.
A sus 33 años Israel Ramos, originario de la ciudad de Jinotepe, Carazo, ha logrado triunfar como pintor, luego de haberse exiliado en Panamá el 9 de julio del año 2018.
Pintar cuadros ha sido su pasión desde que tenía 12 años, arte que aprendió en la Escuela de Bellas Artes de Jinotepe y en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ubicada en la capital Managua, pero el haber alzado su voz en contra del gobierno de Ortega - Murillo lo llevaron a tomar un avión con rumbo hacia Panamá, país donde ha logrado impulsar su carrera como pintor.
Un año después de haber dejado su natal Jinotepe, Ramos recibió de manos del senador de California en Panamá, un reconocimiento por haber expresado a través de sus pinturas su lucha por ver una Nicaragua democrática.
“Desde que llegué a Panamá, hace cuatro años, me vine a la Escuela de Artes y me ofrecí como voluntario para enseñar a los niños a pintar, es aquí donde logran ver mis pinturas y me impulsaron a que empezara a vender mis cuadros y así me he abierto puertas”, dijo Israel Ramos
Pero, no todo ha sido color de rosas para el joven pintor, pues sigue luchando para que sus obras sean reconocidas en Panamá ya que es un país muy nacionalista que prioriza a sus artistas. Sin embargo, ha logrado hacer cuadros personalizados para el cónsul de Perú, una de las representantes de Miss Panamá, el Ministerio de Cultura y para al menos dos coleccionistas de artes.
“No ha sido fácil para mí, soy el número siete de doce hermanos y prácticamente me ha tocado abrirme camino sin ayuda en este país. No sólo vivo de la venta de mis cuadros, pues es un negocio que no tiene una entrada fija, uno puede pasarse hasta seis meses para vender una pintura. Yo sigo luchando siempre por poner en alto a Nicaragua y por medio de mis cuadros contarle a la gente lo que vive el pueblo nicaragüense”, añadió el joven pintor.
Los cuadros de Ramos tienen diferentes precios. Pueden costar 150 dólares, si se trata de retratos en grafito, y hasta 500 o mil dólares, en dependencia de la técnica, tamaño y pintura utilizada.
Un nuevo negocio nació de la venta de cuadros
Este joven emprendedor es inquieto por naturaleza. En el tiempo más difícil atravesado en Panamá, debido a la pandemia, al estar el país entero sumergido en una cuarentena interminable, juntó sus ahorros y los utilizó para comprarse un contenedor.
Poco a poco lo fue remodelando hasta que logró convertirlo en una pequeña acogedora y bien equipada barbería, donde él es barbero de medio tiempo.
“Aprendí este oficio en una barbería de Diriamba. Me acuerdo que estudiaba y trabajaba en ese lugar y al ver la necesidad aquí en Panamá, pues vender cuadros no me da para cubrir todos mis gastos, decidí invertir el dinero que tenía. Cinco mil dólares me costó el contenedor y lo fui remodelando al suave. Empecé a trabajar en mi barbería con el miedo de no ser aceptado, porque aquí los cortes de cabello no son los mismos que en Nicaragua por el tipo de pelo”, argumenta Ramos.
Israel logró posicionar su barbería en Puente del Rey, Panamá Viejo, negocio que le ha permitido dar empleo a una joven que se encarga de hacer manicure.
“Atiendo en mi barbería medio tiempo, ya que por las mañanas trabajo en una carnicería gourmet y los fines de semana soy voluntario en el Palacio de Bellas Artes, me toca hacer este esfuerzo porque muchos de mis clientes se han ido hacia lo Estados Unidos, entonces tengo que buscar un equilibrio”
Ramos lleva cuatro años exiliado en dicho país a esperas de que su asilo político sea aceptado, ya que debido a la represión que aún se vive en Nicaragua.
