La farmacéutica llegó a Santa Teresa como Alfabetizadora Popular en 1880 hacía ya 41 años y se enamoró perdidamente del tereseño, don Uber Flores, con quien se casó pero no procrearon hijo, es decir, que no deja descendencia.
El primer negocio que se convirtió en un emporio fue Farmacia Palacio en Teresa, que todavía funciona a la entrada de la localidad y luego fundó La Competencia, en Jinotepe, que tuvo una sucursal en el sector suroriental y también fue una super farmacia
La licenciada, Flores, según su amigo, el periodista tereseño, Ramón Mercedes Cabrera, era una mujer virtuosa con una capacidad única de fructificar y hacer rentable cualquier negocio o emprendimiento a su cargo.
Como el Rey Midas de la Mitología Griega, que lo que tocaba se convertía en oro, incluso los ríos donde se bañaba, era doña, Dorita Flores y por eso su vida fue holgada, dijo, Ramón Mercedes.
Sin embargo, a pesar de sus éxitos, jamás olvidó sus raices, siempre visitó Popuyuapa, donde contribuyó con muchas personas, además, la fineza y cortesía con la que atendía a sus clientes que veía como verdaderos amigos.
En Popuyuapa, Tivas, vive toda su familia, sus hermanos, María Ester y Ramón humberto Flores y sus tías, Mercedes Auxiliadora, Marina y José Dolores Flores.
La muerte llegó inesperadamente porque tuvo salud de hierro y en cumplimiento de su última voluntad fue sepultada este jueves 2 de septiembre a las tres de la tarde en el cementerio de Popuyuapa, previo a una misa de cuerpo presente en el Santuario Nacional de Jesús del Rescate, del que fue su fiel devota.