El año pasado, el regulador europeo impuso una multa récord de 4.340 millones de euros a Google por usar su popular sistema operativo móvil Android para bloquear a sus competidores.
Dicha sanción se produjo después de una multa de 2.420 millones de euros en 2017 que consideró que la empresa estadounidense daba ventajas a sus servicios frente a los competidores mediante la promoción de su propio servicio de comparación de compras en sus resultados de búsqueda.