Esta abarca dos enfermedades graves: la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. Ambas deterioran los pulmones hasta el punto de hacer la respiración un desafío constante. Aunque el tabaquismo activo y pasivo es el principal factor de riesgo a nivel mundial, el Dr. Manzanares advierte que hay otros desencadenantes:
Exposición al humo de leña: “Muchas personas en el campo y en zonas urbanas están expuestas a este tipo de humo diariamente, lo que puede causar un daño pulmonar similar al que produce el tabaco”, señala.
Contaminación ambiental y factores genéticos
El aire contaminado en ciudades y zonas industriales también incrementa el riesgo de desarrollar EPOC.
Factores genéticos: Algunas personas tienen deficiencias de proteínas que las hacen más propensas, incluso sin haber estado expuestas a factores externos evidentes.
La naturaleza insidiosa del EPOC hace que muchos ignoren sus primeros síntomas. Según el Dr. Manzanares, estos incluyen tos persistente (seca o húmeda), fatiga extrema, y dificultad para respirar incluso tras actividades leves.
“Es una enfermedad crónica que avanza lentamente, y muchos pacientes no buscan ayuda hasta que el daño ya es significativo”, comenta.
Para realizar el diagnóstico
El diagnóstico suele realizarse mediante una prueba de espirometría, que mide la capacidad pulmonar, o con estudios de imágenes como radiografías y tomografías para confirmar el deterioro en los pulmones.
Una vez diagnosticado el EPOC, el tratamiento incluye eliminar los factores desencadenantes y seguir un plan médico personalizado. “Si fumas, lo primero es dejar de hacerlo. Si trabajas con leña, busca alternativas como cocinas a gas o asegúrate de que el área esté bien ventilada”, recomienda el Dr. Manzanares.
El tratamiento farmacológico puede incluir broncodilatadores, esteroides y antiinflamatorios para controlar los síntomas. También es vital manejar el estrés y la ansiedad, ya que estos pueden agravar los episodios de dificultad respiratoria.
Para prevenir esta enfermedad, el doctor aconseja evitar el tabaco, minimizar la exposición a ambientes contaminados, y realizar revisiones médicas periódicas, especialmente si se pertenece a un grupo de riesgo.
Es importante recordar que esta enfermedad no discrimina y puede afectar tanto a fumadores como a quienes jamás han sostenido un cigarrillo.
Como señala el Dr. Manzanares, “cada caso es único, pero la clave para combatir el EPOC está en la prevención y en actuar a tiempo ante los primeros síntomas”.
Conocer más sobre el EPOC puede marcar la diferencia entre una vida saludable y una condición irreversible.
Fuente: VosTV