El trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH, por sus siglas en español) se diagnostica cuando no solo existe poco o nulo deseo sexual si no también, la preocupación por esta situación; según Stanley Althof, profesor de Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, dicho trastorno afecta al menos al 8 % de los hombres que por presión social o tabú no acuden al médico.
Existe una hormona sexual natural llamada kisspeptina que se encarga de un papel clave en la reproducción; sin niveles adecuados de esta hormona, por ejemplo, los niños no llegan a la pubertad; de igual manera afirma CNN, para que se le diagnostique este trastorno, la persona no debe tener otros problemas como disfunción eréctil o eyaculación precoz.
El Dr. Waljit Dhillo, profesor de endocrinología y metabolismo del Imperial College de Londres, lleva años estudiando la relación entre el bajo deseo sexual y la hormona kisspeptina y en su estudio más reciente publicado en febrero, participaron 32 hombres con TDSH a los cuáles se les administró una inyección de la hormona Kisspeptina.
El medio de comunicaciónCNN afirmo que ni los sujetos ni los investigadores sabían si la inyección de ese día era de kisspeptina o un placebo, sin embargo, gracias a la inyección aumentó el nivel de testosterona importante para la función gonadal; según Dhillo, las áreas del cerebro relacionadas con el interés sexual se iluminaron.
Por último, el medio de comunicación El País, dice que culturalmente existe una gran presión social sobre el género masculino en cuanto al desempeño sexual, pues se ha normalizado que siempre están dispuestos para tener relaciones aunque esta disposición no está al alcance en todos.