En general, los datos de 2019 encontraron que más de la mitad de los adultos jóvenes (casi un 54 por ciento) afrontan ahora al menos un problema de salud crónico. Casi uno de cada cuatro (un 25 por ciento) tenía dos o más de estas afecciones, según un equipo de investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Las afecciones más prevalentes fueron la obesidad (un 25.5 por ciento), la depresión (un 21.3 por ciento) y la hipertensión (un 10.7 por ciento)", señaló un equipo dirigido por Kathleen Watson, del Centro Nacional de Prevención de las Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de los CDC.
Unos niveles altos de colesterol afectaban a más o menos un 10 por ciento de los adultos de menos de 35 años, el asma afectaba a más de un 9 por ciento, y alrededor de un 6 por ciento tenían artritis, encontró el estudio.
Unos estilos de vida malsanos con frecuencia forman parte del panorama de las personas con afecciones crónicas. Los adultos jóvenes "con una afección crónica fueron más propensos que los que no tenían ninguna a reportar atracones de bebida, que fumaban o inactividad física", encontró el equipo de Watson.
Los datos se basan en encuestas telefónicas realizadas en 2019 entre más de 67,000 personas de 18 a 34 años de todo Estados Unidos.
Ciertos factores parecieron aumentar las probabilidades de una persona de la principal afección de salud crónica, la obesidad. Por ejemplo, alrededor de un tercio de los adultos jóvenes que vivían en las áreas rurales eran obesos, frente a alrededor de una cuarta parte de los habitantes de ciudades. Los afroamericanos también tenían más probabilidades de enfrentarse a la obesidad que los blancos: un 33.7 frente a un 23.9 por ciento, respectivamente.
La depresión tendía a afectar a las mujeres adultas jóvenes (un 27 por ciento) más que a los hombres (alrededor de un 16 por ciento), encontró el informe, y las tasas de depresión fueron particularmente altas entre los desempleados (de más o menos un 31 por ciento).
Nada de esto es una buena señal para la salud de los estadounidenses a medida que envejezcan, advirtió el equipo de los CDC.
"Como las afecciones crónicas de salud se vuelven más prevalentes con la edad, un enfoque en la prevención y los factores de riesgo es esencial para la salud a lo largo de toda la vida", escribió el equipo de Watson. Anotaron que la obesidad, la hipertensión crónica y el colesterol alto son potentes factores de riesgo de enfermedades como la enfermedad cardiaca y la diabetes, que pueden surgir años después.
Todo esto significa que "abordar las conductas de salud y las afecciones intermedias en los adultos jóvenes puede ayudar a mejorar la salud a largo plazo y el bienestar a lo largo de toda la vida", concluyó el equipo.
El estudio aparece en la edición del 29 de julio de la revista de los CDC, Morbidity and Mortality Weekly Report.