En el marco de las procesiones y Misas por Domingo de Ramos en todo el mundo, los obispos, sacerdotes y fieles católicos mostraron diversas formas de ramas, de plantas y palmas, que recuerdan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
Tras recibir la bendición del sacerdote, uno de los usos más comunes para estas ramas -que ahora son “sacramentales”-, es colocarlas con reverencia junto a imágenes religiosas o en las ventanas y puertas de las casas, como una expresión de fe de la familia.
Al año siguiente las palmas bendecidas suelen ser entregadas en las parroquias, pues de ellas se obtendrán las cenizas que se utilizarán en Miércoles de Ceniza.
Este 1 de abril la Iglesia celebró el Domingo de Ramos con lo que se da inicio a la Semana Santa.
La celebración central de la Misa incluye la lectura de dos pasajes del Evangelio. El primero de ellos se lee antes de la Procesión de las Palmas -generalmente fuera del templo- y el segundo se lee como es habitual, como parte de la Liturgia de la Palabra -dentro del templo-.
El Evangelio para la Procesión de las Palmas está tomado de Mt 21, 1-11 y corresponde a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; mientras que la lectura principal del Evangelio corresponde al relato de la Pasión de Cristo, también tomado del Evangelio según San Mateo (Mt 26, 14–27, 6).