El verdadero significado de la "Semana Santa"
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Los pasos lentos, mientras en su espalda carga una pesada cruz, su cuerpo marcado por los azotes, su cara tan maltratada que esconder la mirada para no verlo se hacía un acto instintivo, la burla de portar una corona de espinas. Esa cruz que llevaba acuesta se convirtió en el reposo adolorido de la muerte, donde a sus manos y pies se le abrieron agujeros con clavos y martillo. Después de decir con voz agonizante “consumado es hecho está” dio su último suspiro, pero pasó lo impensable, lo improbable, para aquellos que lo creían un charlatan, un blasfemo, resucitó, convirtiéndose en la puerta abierta que te introduce al perdón, al verdadero amor, a la redención y salvación. Todos estos son aspectos emblemáticos que sin duda alguna caracterizan un fragmento de los días finales de Jesús en la tierra.