Tras una hora de juego ligero que utiliza como calentamiento, el hijo de Herzog comienza a participar en torneos y partidas competitivas que se prolongan entre 10 y 14 horas. Una vez que termina con Fortnite, se va a dormir y al siguiente día su cuerpo nuevamente se ubica frente a la pantalla, aislándose incluso del compartir y actividades familiares.
Este adolescente tampoco tiene amigos en su entorno y solo se relaciona con otros jóvenes que participan en estas competiciones a través del computador. "Los amigos vienen y van pero ésta puede ser mi carrera y todo mi futuro", explicó el joven en una entrevista con el Boston Globe, lo cual indica que el mundo virtual a eclipsado en totalidad su vida real.
Como si de un deportista de élite se tratase, su padre ha diseñado y planificado cuidadosamente su vida a lo largo de los últimos años para alejarle de distracciones e influencias externas.
La motivación es clara: "Ganar el suficiente dinero para no tener que trabajar durante la mayor parte de mi vida", reconoció el adolescente. Sin embargo, la inversión de David para hacer multimillonario a su hijo no parece estar dando sus frutos. El joven apenas ha doblado la inversión inicial y se encuentra en el puesto 20.600 del ránking de Fortnite, lo que difícilmente lo convertirá en un magnate.
Fuente: Canal 10