Boston recordó el viernes el tercer aniversario del mortal ataque a la maratón de 2013 con recuerdos tenues y silencios.
Familiares de las víctimas colocaron ofrendas florales en los lugares donde dos ollas a presión estallaron cerca de la línea de meta en Boylston Street, matando a tres personas e hiriendo a más de 260.
El padre de Krystle Campbell, de 29 años, una de las víctimas, el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker y su esposa, Lauren, colocaron una ofrenda de flores blancas.
El alcalde Marty Walsh y los familiares de Martin Richard de 8 años y Lingzi Lu, de 23 años, las otras dos víctimas, colocaron otra ofrenda floral en el sitio de la segunda explosión.
Nadie habló. Una gaita se escuchaba suavemente antes de la ceremonia, que fue observada por casi 100 personas incluyendo sobrevivientes, sus familiares y amigos.
Un cartel multicolor con un signo de la paz, un corazón y palabras escritas por Martin Richard antes de su muerte “No más daño a la gente… paz” se exhibía en el frente de un negocio vacío.
Dos hombres colocaron cruces en un árbol que honra a las víctimas, incluyendo el oficial de policía del Massachusetts Institute of Technology, MIT, Sean Collier, quien fue muerto por los atacantes mientras huían.
Durante el día, los residentes de Boston participaron en campañas de donación de sangre, alimentos y ropa, al igual que en otros proyectos de servicio social cuando la ciudad ha proclamado el 15 de abril como “One Boston Day”, un día para celebrar la resistencia de la ciudad a través de actos de bondad y generosidad.
