Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades apuntan que hubo un incremento de 78 casos desde que se difundieron los números sobre el brote la semana pasada.
Con la detección de enfermos en Florida, Indiana, Massachusetts y Nevada, suman 19 los estados donde existe presencia del padecimiento, pues a ellos se suman Arizona, California, Colorado, Connecticut, Georgia, Illinois, Kentucky, Michigan, Missouri, New Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Oregon, Texas y Washington.
Aunque hace 19 años los funcionarios anunciaron que habían erradicado el sarampión en Estados Unidos, desde entonces ha habido momentos en que el número de casos subió, especialmente en 2014, cuando se contabilizaron 667, el total anual más alto en el presente siglo.
Medios locales advierten que ese año la enfermedad se reportó a una tasa de 1,83 casos por día, pero en el brote actual, la tasa ha aumentado a 4,84, un ritmo que, de mantenerse, llevaría a superar en el mes de junio los datos de hace un lustro.
De acuerdo con el diario The Washington Post, expertos en salud pública relacionan la propagación del sarampión con grupos de niños no vacunados en todo el país, poblaciones consideradas vulnerables en gran parte porque sus padres han dudado o se han negado a inmunizarlos.
Una de las razones principales es un movimiento contra las vacunas que ha difundido información errónea en todo el mundo, alertó el periódico.
El medio citó un tuit de Peter Hotez, un experto en enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina de Baylor, Texas, quien apuntó: 'Una herida totalmente innecesaria y autoinfligida, y una consecuencia directa de una campaña agresiva de desinformación antivacunación'.
Mediante un estudio difundido el año pasado, Hotez y sus colegas en otros centros académicos de Texas predijeron el aumento de los casos de sarampión y otras enfermedades infantiles prevenibles mediante vacunación.
Ese informe identificó los 18 estados que permitieron a los padres optar por no participar en los requisitos de inmunización escolar por razones de religión o filosofía.