Las góndolas y los botes, típicos del paisaje veneciano, se han quedado encallados entre el barro y el agua. Los medios locales atribuyen la sequía a fenómenos astronómicos. Según los pronósticos del servicio de mareas del Ayuntamiento, en estos días, los niveles de agua llegan a niveles mínimos y en promedio solo alcanzan los 60 centímetros. Muchos canales del centro histórico se encuentran completamente sin agua.
Además de ser un problema para el sector turístico —especialmente para los gondoleros—, la baja marea dificulta el tránsito por los canales y, en consecuencia, las labores de los servicios de emergencia. Un portal local, La Nuova Venezia, aclara: "Hay que pensar que todos los vehículos de emergencia y rescate [las hidroambulancia o las lanchas de bombero] deben moverse rápidamente a lo largo de los canales de la ciudad". El periódico también apunta a los malos olores que se generan por el agua estancada y el barro. ¡Ojalá se solucione pronto!
Foto e información: La Bioguia