Hablando en su audiencia general de los miércoles en el Vaticano, el pontífice dijo que debería establecerse un alto en la lucha lo suficientemente largo como para que los civiles, particularmente los niños, puedan escapar de las áreas sometidas a bombardeos.
Previos esfuerzos internacionales para establecer un cese el fuego se han erosionado rápidamente y no han podido detener la guerra que se ha extendido por más de cinco años.
El ejemplo más reciente sucedió el mes pasado con un acuerdo pactado entre Estados Unidos y Rusia que se enfocaba en la abatida ciudad de Alepo y que duró menos de una semana.
El martes aviones rusos retomaron los fuertes bombardeos sobre los distritos de Alepo controlados por los rebeldes, matando a más de 20 personas.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con base en Reino Unido dijo que los ataques del martes son “los bombardeos rusos más fuertes” desde que el gobierno del presidente Bashar al-Assad anunció la semana pasada que disminuiría los bombardeos aéreos, ostensiblemente para permitir que los civiles depusieran las armas y salieran de los barrios controlados por la oposición.
Sin embargo, los civiles, desconfiados del gobierno de Assad, han ignorado en su mayoría el ofrecimiento, que los insurgentes que luchan contra el gobierno califican de engaño.
