Nicaragüenses en Costa Rica se congregaron desde el sábado 18 de noviembre para apoyar a Miss Nicaragua en Miss Universo, llevándose la grata sorpresa de que Sheynnis Palacios Cornejo, fue coronada como la soberana de la belleza a nivel mundial.
Exiliados de otros países como España y Estados Unidos también lo hicieron con largas caravanas en las ondeaban la bandera azul y blanco, como ocurrió en Miami e Indianápolis, en el Estado de Indiana.
El triunfo de Sheynnis Palacios, tras ganar Miss Universo 2023, se convirtió en un motivo de celebración para todos los nicaragüenses, tanto para los que están dentro de Nicaragua como para los que han tenido que salir del país por diferentes circunstancias y Costa Rica no fue la excepción.
En Costa Rica, desde la noche del sábado 18 de noviembre, día que se llevó a cabo la elección y coronación de Miss Universo, algunos nicaragüenses se reunieron para ver el certamen. Algunos lo hicieron en casa, mientras que otros fueron a otros lugares como “La Gigantona”, un comedor propiedad de una familia nicaragüense migrante en Costa Rica, el cual ofrece una enorme variedad de la gastronomía de Nicaragua.
Emoción y esperanza
A “La Gigantona” como en otros locales similares de Costa Rica, los nicas comenzaron a llegar desde las 6:00 de la tarde del sábado para ver el certamen de belleza realizado en El Salvador y apoyar a Nicaragua. “Desde La Gigantona estamos a la espera de esa corona de nuestra reina Sheynnis Palacios en Miss Universo”, anunciaba desde muy temprano una publicación de la plataforma de Instagram de este negocio.
Cuando la decisión del jurado fue dada a conocer, los nicaragüenses gritaron, incluso lloraron de la emoción al ver que esta Miss Nicaragua, había marcado la historia del país, ya que en este concurso, Nicaragua solo había clasificado hasta el Top 10 y ocurrió en el año 2007.
Este triunfo es catalogado para los nacionales que viven en el exterior como un símbolo de esperanza para Nicaragua en medio de la crisis en materia de derechos humanos que vive desde que Daniel Ortega y Rosario Murillo se han aferrado al poder al que retornaron en 2007.
Nicaragüenses en el exilio también se desbordaron en Indianapolis y Miami, lugares donde su diáspora, expresaron lo feliz que se sentían por el logro obtenido por la bella caraceña.