Según el informe presentado por las autoridades, la banda sometía a las víctimas a realizar labores sexuales en un establecimiento ubicado contiguo al Maxi Pali de Nicoya donde permanecían bajo engaño, coacción y amenaza aprovechando la vulnerabilidad de las mismas”.
Dicha banda estaba conformada por un hombre de apellidos Herrera Jiménez y su pareja sentimental de apellidos Villareal Sandoval, quien era funcionaria de la Caja Costarricense del Seguro Social; su hija de apellidos Herrera Villareal y yerno de apellidos Monge Salas.
Estos fueron desarticulados por agentes policiales y puestos a la orden del Ministerio Público y se les acusará por los delitos de explotación sexual tipificado en el artículo 172 del Código Penal de Costa Rica y podrían enfrentar de seis a diez años de prisión.