Bettina Lerman, residente de Tavares, Florida, contrajo la infección cuando viajó al estado de Maine para cuidar junto a su hijo, Andrew Lerman, al padre de este, afectado por una enfermedad oncológica, informa The Washington Post.
El 12 de septiembre, la mujer fue internada en el Centro Médico Maine en Portland con covid-19 y nueve días más tarde ya no podía respirar por su cuenta, señala la CNN. Desde entonces ningún esfuerzo de los doctores de despertarla daba resultado.
Su estado continuó empeorando hasta tal punto que los doctores informaron a los familiares que la mujer tenía los pulmones irreversiblemente dañados y que, según su pronóstico, no iba a sobrevivir.
La familia de Bettina incluso ya había elegido un ataúd y una lápida, mientras que los hermanos de Andrew volaron a la ciudad de su madre para cancelar sus contratos de arrendamiento y donar buena parte de sus pertenencias.
El 29 de octubre —el último día de su soporte vital— uno de los médicos se comunicó con Andrew para informarle que la paciente había recobrado la conciencia.
Según él, su madre no llegó a sufrir ningún fallo orgánico y su recuperación no tiene una explicación racional, sobre todo teniendo en cuenta que la mujer tenía un historial de afecciones serias, entre ellas diabetes y un infarto por el que fue sometida a una cuádruple cirugía de 'bypass' dos años antes.
Sin embargo, desde la institución médica advirtieron que el estado de salud de la paciente aún era evaluado como grave, aunque no precisaron mayores detalles por razones de privacidad.
A su vez, el hijo aseguró que su madre continúa recuperándose y que actualmente puede respirar por su cuenta durante varias horas al día con tubo de oxígeno pero ya sin respirador mecánico.
