Toda apunta a que el pequeño murió por inanición, de hambre. Cuando encontraron el cuerpo del niño de siete años pesaba apenas 15 kilos (33 libras), al momento de su muerte, informaron las autoridades.
La mujer es acusada de mantener al niño encerrado en una habitación, pues estaba a cargo casi todos los días.
“Es impensable que alguien acepte la responsabilidad de cuidar a un niño y luego le niegue las necesidades básicas de la vida”, señaló el fiscal de distrito David Hoovler.
Las autoridades además acusarán al papá de la víctima. De hecho, dejó de conectarse a las clases virtuales en enero y no hubo una alerta para intervenir a tiempo.
Del menor se volvió a saber hasta el 10 de febrero, cuando lo llevaron al hospital, pero ya no presentaba signos vitales.