La idea, como se narraba en la Biblia, era que el pastor “volvería a la vida a los tres días, como Jesús”, pero la realidad fue otra. Cuentan los medios locales que el hombre llegó a convencer a su congregación de que podría volver a la vida después de esos tres días enterrado.
La mayoría de los miembros de la congregación se mostraron reacios a dejar que siguiera adelante con la idea, y mucho menos a ayudarlo, pero finalmente, tres hombres aceptaron el reto de Sakara.
De esta forma, consiguió que los miembros de la Iglesia lo ayudaran cavando una tumba no muy profunda, atando sus manos y finalmente enterrándolo vivo. Tras 72 horas, los miembros de la iglesia procedieron a desenterrarlo, encontrando que su líder no había cumplido su promesa.
Encuentran el cuerpo del pastor
Al ver que Sakara no respiraba, varios de los fieles intentaron “una serie de ejercicios espirituales para resucitarlo”, según afirman medios locales, sin resultado alguno.
Tras conocerse lo ocurrido, las autoridades locales han presentado cargos contra los tres hombres que enterraron al pastor, uno se encuentra detenido y los otros dos están actualmente en busca y captura por la policía.
Las personas han dejado toda clase de comentarios condenando el hecho o haciendo énfasis en que el hombre no sabía lo que hacía. Mientras tanto otros lo adjudican a un fanatismo ciego por parte del hombre que era pastor de una iglesia cristiana.