El caso se registró en Egipto. Salah quien falleció hace un mes atesoraba en realidad una fortuna de 22 millones de libras egipcias (unos 1,4 millones de dólares) en una cuenta bancaria, recogen los medios locales.
Tras la muerte del hombre su familia recibió una carta del banco. En un primer momento, pensron que se trataba de una deuda del patriarca, pero las noticias fueron mucho más alentadoras e impactantes: Salah, que siempre hacía gala de su pobreza, poseía esa gran cantidad de dinero guardada en el banco.
Al enterarse de la noticia, el hijo se desmayó y tuvo que ser trasladado al hospital.
Hace más de 30 años, Salah fue a trabajar a uno de los países del Golfo, aunque al regresar de su viaje, siguió quejándose de la pobreza absoluto.