Mientras la canción sonaba, José Montes, movía hacia adelante uno de sus pies y el otro atrás, uno de sus brazos estaba extendido, simulando que tocaba el hombro de su hija, Michell Daniela Montes Pérez y el otro doblado como si tocara la cintura de ella. Las lágrimas fueron incontenibles, pues al lado de donde bailaba se encontraba la tumba, en la cual reposan los restos de su “pequeña”.
Un pastel rosado, las figuras de una bailarina de ballet del mismo color como centros de mesas, , bebidas y el número 15 de luces amarillas, así se encontraba decorada el sepulcro de Michell Daniela Montes Pérez, quien fue asesinada a los 14 años a balazos junto a su madre y hermana en costa Rica,
Sus familiares y amistades le cumplieron su último deseo, le celebraron los 15 años, aunque no en el lugar que había deseado, sino en el cementerio.
El caso donde murió la adolescente, su progenitora, Mayra Pérez Mena, de 37 años, una nicaragüense residente en el país, quien trabajaba en una empresa bananera y su hermana Joselyn Solórzano Pérez, de 24 años, se dio a conocer el pasado 14 de febrero en la provincia de Limón (Caribe) en Costa Rica.
El reporte preliminar del OIJ indicó que dos sujetos bajaron de una motocicleta, entraron a la casa de las mujeres y les dispararon en múltiples ocasiones.
“Una vez dentro se encuentran con las dos mayores de edad dentro de la casa, en el sector de sala y les disparan en múltiples ocasiones. En ese momento, la mayor quien estaba en la parte posterior de la vivienda, observa lo que ocurre e intenta darse a la fuga por la parte trasera”, explicó el vocero del OIJ, Marco Monge, en unas declaraciones a los medios.
“La menor fue perseguida por uno de los sujetos, quienes le dispararon “falleciendo ésta fuera de la vivienda pero dentro de la propiedad”, agrega.
Los autores del crimen huyeron de la escena del crimen hacia una zona montañosa.
Mayra Pérez Mena, presentaba heridas de bala en la cara, abdomen y brazos. La mayor de sus hijas, heridas en la cara, cuello y abdomen. Por su parte, la menor tenía impactos de bala en su espalda, piernas y pecho. La adolescente cumpliría sus quince años el próximo 19 de febrero, pero se los celebrarían un día después y estaba muy emocionada con la fiesta que estaban preparando. Hasta ya habían entregado las invitaciones.
Una de las vecinas, contó para el medio de comunicación costarricense, La Teja que esperaron al anochecer para rendir tributo a la muchacha.
“Esa mujercita estaba ilusionada por esa fiesta, solo de eso se hablaba en la casa de ellas, y era una ilusión contagiosa, su papá está destrozado”, dijo una vecina.