En la investigación adelantada por la Fiscalía General de la Nación, luego de hallar el cuerpo sin vida de la menor que había sido raptada en Aguadas (Caldas), Colombia.
El caso conmocionó al país luego de que se conociera el intento de asesinato del que ha sido víctima la madre de dos niñas de 4 años y 18 meses, quienes fueron secuestradas luego del ataque. Los hechos tuvieron lugar el pasado 9 de enero en la vereda Naranjales del corregimiento de Arma, en el municipio de Aguadas.
Inicialmente, el responsable del feminicidio le relató a la Fiscalía que “estaba enceguecido por la ira que le produjo que la mujer le dijera que tenía una relación con otra persona, pero que aceptaba ser su amiga, y por eso quiso vengarse de ella”.
También relató que mientras atravesaba el río Arma con las niñas, la menor de 18 meses de nacida se le resbaló y casi se le cae, por lo que soltó a la mayor de las hermanas, quien, según el capturado, se ahogó.
Sin embargo, esta versión fue desmentida luego de la necropsia ya que determinó que la muerte de la menor fue violenta. “Tenía signos de maniobras para borrar todo lo que pudiera conducir a su identificación, marcas de haber sido inmovilizada y señales que demostraban que intentó defenderse”, detalló la Fiscalía.
El sujeto fue capturado horas después cuando estaba con la menor de 18 meses en el corregimiento Pantanillo, del municipio de Abejorral (Antioquia).
Luego de que Galvis fuera capturado, se le imputaron los delitos de homicidio agravado en grado de tentativa, secuestro simple agravado, desaparición forzada agravada y hurto calificado. El hombre aceptó los dos primeros.
Sin embargo, las pruebas recopiladas por las autoridades al encontrar el cadáver de la menor el pasado 13 de enero en un islote del río Arma, el fiscal del caso le imputó el nuevo cargo de feminicidio.
Los hechos
En la última audiencia, la madre de las niñas declaró que Galvis la citó y le dijo que llevara a las niñas porque quería sorprenderlas con unos regalos, a lo que la mujer le dijo que asistiría al encuentro acompañada de una prima y obtuvo la negativa del sujeto, argumentando que quería ver la cara de las pequeñas al recibir los obsequios.
Relató que al llegar al punto de encuentro caminaron unas 15 cuadras para llegar al sitio donde les entregaría los regalos, después le vendó los ojos, la apuñaló y la lanzó con golpes por un despeñadero que conduce al río Arma.
Mientras tanto, la mujer le imploraba que no les hiciera daño a sus hijas y que no las fuera a matar. Cuando el secuestrador bajó con las niñas hasta el lugar donde quedó la mamá, ella fingió estar muerta.
