La captura de la mujer se dio el pasado jueves 14 de enero y la detención la realizaron agentes de la Sección Especializada en Violencia de Género, Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes del Organismo de Investigación Judicial, OIJ, y se dio en Concepción de Alajuelita, en la casa donde vivía la mujer.
Aparentemente, una vez en suelo costarricense la sospechosa habría explotado tanto laboralmente, con oficios domésticos, como sexualmente a la menor.
“Los investigadores judiciales allanaron la vivienda de la sospechosa en Concepción de Alajuelita y ahí fue detenida. En ese momento le decomisaron evidencia importante para la investigación”, aduce el comunicado de la OIJ.
El OIJ detalló que en diciembre del 2020 recibió una denuncia en la cual se decía lo que estaba ocurriendo. Al parecer, Castro usó documentos falsos para traer a la menor de edad desde Nicaragua y luego la sometió a sus órdenes.
Las autoridades no revelaron la edad de la menor.
El OIJ no detalló si entre las mujeres parientes o existe algún tipo de parentesco.
Posible pena
La sospechosa se expone a una pena de entre seis y diez años de cárcel.
Son decenas de miles de personas migrando irregularmente, no es sorprendente que parte de esta migración acabe en explotación.
Tan pronto como los migrantes abandonan su suelo de origen, con la intención de trasladarse sin ser detectados, entran en un mundo sombrío. Ellos dejan su vida en manos de extraños que desobedecen la ley, y muchos pagan cara su decisión.
Las mujeres son particularmente vulnerables: los migrantes irregulares femeninos comprenden alrededor del 20% del conjunto de migrantes.
La mayoría de las víctimas de trata centroamericanas detectadas en Centroamérica han sido tratadas con propósitos de explotación sexual.