Cabe señalar que raíz de los constantes abusos procreó tres hijos con la víctima.
El caso de discute en el tribunal de la provincia ecuatoriana de Pichincha, el cual dictó prisión preventiva contra Manuel G., informó la Fiscalía General del Estado (FGE).
Al sospechoso lo detuvieron el pasado martes 12 de enero en el recinto rural El Achiote, del cantón Puerto Quito, en un operativo liderado por la FGE, con el apoyo de la Policía Nacional.
Ese día, en un inmueble del mismo recinto, liberaron a su hijastra, “que permanecía retenida en contra de su voluntad”, dice el texto de la FGE. La víctima se encontraba junto a los tres hijos que nacieron producto de las violaciones.
La institución detalla que la mujer tiene actualmente 24 años; es decir que las violaciones comenzaron cuando la víctima aún era una adolescente de 15 años.
Durante la audiencia de formulación de cargos, que se desarrolló en la Unidad Judicial de Puerto Quito, el fiscal Francisco Vega presentó como principales elementos de convicción “los informes del allanamiento en el que se rescató a la víctima, el examen médico legal practicado a la mujer de 24 años, partes policiales y primeras versiones de los hechos”.
También se mostró un informe que confirma la relación entre el detenido y la madre de la víctima, que vivía en el mismo domicilio. Esta mujer también fue detenida, según dijo la FGE previamente, “con fines investigativos”.
Estudio en Ecuador
La violencia se ha vuelto algo cotidiano y ampliamente extendido, asegura a DW Ana Cristina Vera, directora de la ONG Surkuna y miembro del colectivo “Vivas nos queremos” de Ecuador. Según cifras oficiales, recopiladas por ONU Mujeres de ese país, seis de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de violencia de género y una de cada cuatro ha sufrido agresión sexual. Del total de quienes han sufrido violencia, en el 69,5% de los casos han estado involucradas sus parejas actuales o anteriores.
Las cifras incluso se quedan cortas, postula la abogada: “Creemos que esa estadística es bastante conservadora. La violencia está mucho más presente en la vida de las mujeres. La violencia sexual en todas sus expresiones, desde el acoso callejero, los tocamientos en la calle, buses, la casa, hasta las diversas formas en que se manifiesta, es algo cotidiano en la vida de todas y cada una”.
