El reporte, que reconoce más de 45 millones de esclavos en todo el mundo, establece que los trabajos forzados es un tema prevalente entre los indígenas de Perú, Bolivia y Colombia, pero que también es frecuente en Norte y Centroamérica, así como en la región caribeña.
“La esclavitud moderna en las Américas afecta a hombres, mujeres y niños, y se manifiesta como labores forzadas, explotación sexual, y en menor grado, en la mendicidad forzada”, dice el resumen ejecutivo del informe.
El reporte también se enfoca en la explotación en algunas áreas rurales de Brasil, a lo largo del río Amazonas, donde se ha observado trabajos forzados en la industria maderera y ladrillera, y en las minas de oro industriales en Perú y Ecuador.
“Solo en 2015, 936 trabajadores fueron rescatados de condiciones de esclavitud en Brasil”, dice el reporte. “La pobreza es un factor motivante considerable que obliga a las poblaciones vulnerables y la mano de obra poco calificada a migrar a lugares, donde a su arribo, se vuelven vulnerables al abuso y la explotación”, agrega el informe.
“Estas prácticas son evidentes por todas las Américas y los países más ricos, como Estados Unidos y Canadá, no son inmunes a tales explotaciones, particularmente en el sector agrícola”, dice.
A nivel mundial los países con mayor esclavitud son India, Uzbekistán y Corea del Norte