El Covid-19 tiene en confinamiento a muchos ciudadanos en distintas partes del mundo, y aquellos que les gusta viajar no han podido hacerlo, pero Murphy recomienda a Nicaragua y sus lugares turísticos como una oportunidad para regresar a la normalidad que la pandemia ha arrebatado.
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“No habrá mejor lugar para celebrar el regreso a la normalidad que en un país donde la resiliencia se haya arraigado en el espíritu local”, afirma.
Pero sus palabras van más allá de un consejo, pues es algo que incluso ella pondrá en práctica, pues una vez que finalicen las restricciones como cuarentena o se reabran las fronteras ella vendrá al país acompañada de su amigo y también surfista californiano Ryley Hasken.
Guarda recuerdos especiales de Nicaragua
“Nicaragua, uno de los pocos lugares del planeta con al menos 330 días de vientos marinos cada año. Esos vientos de unicornio crean un oleaje constante, lo que significa que las olas están despiertas todo el día, casi todos los días… Hay una belleza cruda que se siente refrescantemente real e intacta”, dijo.
Murphy además relevó que está fascinada con la tierra pinolera, desde hace más de 20 años, sobre todo en el mar y las playas de Chinandega, así como de Rivas, la Costa Esmeralda, Rancho Santana y los pueblos de Gigante y Popoyo. Asimismo, la última vez que estuvo en Nicaragua, en el 2017, disfrutó de San Juan del Sur, estando en playa Madera con una buena aventura entre amigos de la zona. También recordó los momentos que pasó en la ciudad colonial de Granada, en el lago y en el Mombacho.
Entre sus planes está visitar nuevamente Chinandega, pasando por la ciudad de León, para disfrutar de sus fritangas y heladerías cerca de la catedral y otras iglesias de tonos llamativos.