El hecho reportado por el diario el Ellitoral, ocurrió en la Provincia de Santiago del Estero, a unos kilómetros de la localidad conocida como Las Delicias, donde habitan doscientas personas.
El padre del menor trabajaba allí como carbonero y regulaba el nivel de la temperatura que rondaba 400 y 700 grados centígrados, cuando Thiago Orellana, sin medir el riesgo, decidió escalar la parte superior del techo de las estructuras, algunos ladrillos cayeron, provocando que el menor también se fuera al interior del lugar ardiente.
Horno en el que cae el menor de edad
El hombre al darse cuenta que su hijo se encontraba en el interior del honor, desesperado corrió en busca de ayuda, para poder apagar las llamas que consumían al niño, y con la esperanza de rescatarlo aún con vida. Algunos vecinos acudieron al llamado, sin embargo, todo fue en vano. Según detalla el portal de Noticias Los Andes, en este tipo de hornos suele prolongarse hasta 10 días durante el proceso de horneado.
Lo describen como un niño travieso
Además de los vecinos, también llamaron a los bomberos, pero estos llegaron momentos después, porque había 45 kilómetros de distancia entre su estación y donde se llevaba a cabo el trágico evento. Lo único que pudieron hacer para extraer los restos fue llenar con agua la estructura fabricada de ladrillos.
Un antropólogo forense informó que encontró apenas seis piezas que podrían ser los restos de los huesos del menor.
En comunicación con Infobae, César Jiménez, el presidente del club social de Las Delicias, contó: “Venía a pedirme cosas al negocio. Era muy inquieto, un chiquito muy distinto a los demás. La madre siempre me decía ‘atendelo a Thiago’ porque siempre iba a mi heladera y me sacaba cosas como yogures o helados".
"Era travieso, calculo que por eso se trepó al horno”, comentó el hombre.
“No se encontró nada, solo un disco de acero que es de la parte de arriba del horno. Era imposible que se salve el niño”, comentó Jiménez. “Estamos consternados por esta tragedia, nos golpeó a todo el pueblo”, agregó.