“Lo más difícil en estos meses fuera de Nicaragua ha sido no estar físicamente al lado del pueblo. He echado de menos escuchar a la gente, poder abrazar a las personas, dando consuelo y esperanza, predicar el Evangelio y celebrar la fe con los fieles”, dijo monseñor Báez.
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Asimismo, señaló que la distancia física no es necesariamente ausencia, sino otro modo de estar presente.
“Mi ministerio como obispo en Nicaragua ha adquirido una nueva modalidad, que se ejerce a través de los medios de comunicación y las redes sociales y, sobre todo, por medio del cariño pastoral y la oración, que crean una extraordinaria comunión entre los creyentes, superando distancias y tiempos”, dijo Báez.
A la vez, afirmó que el gobierno de Daniel Ortega ha cerrado toda salida democrática, sin embargo, tiene la esperanza de que se pueda construir una “nueva Nicaragua”, sin autoritarismo ni intereses particulares y mediante una “vía pacífica no violenta”.
Ha tenido tres audiencias con el Papa Francisco
Para Báez, una de las voces más críticas en contra el gobierno, que ha hecho eco no solo a nivel nacional, sino también internacional, considera como las bases principales de su ministerio fe, la comunión, entre otros elementos espirituales.
“Mi ministerio episcopal ha madurado mucho en este tiempo, a través del dinamismo espiritual que imprime la fe, la obediencia y la comunión apostólica. Ha pasado casi un año, pero no he estado inmóvil ni pasivo. Mis horizontes pastorales se han ampliado, las experiencias vividas me han afianzado en mi vocación y en mi estilo pastoral, mi fidelidad a la Iglesia y mi amor por el pueblo de Nicaragua han aumentado”, prosiguió.
El Papa Francisco ha sido extremadamente afectuoso y cercano, dice Báez y asegura que en los últimos meses “me he entrevistado con él tres veces en privado y hemos hablado en un ambiente muy hermoso de calidez y cercanía fraterna. Ha ido discerniendo conmigo, haciéndome partícipe activo del discernimiento. Por el momento, dadas las condiciones del país, el Papa me ha recomendado que es prudente esperar un tiempo todavía para un eventual retorno a Nicaragua. En este tiempo he aprendido a vivir sin prisas y sin inquietud, con infinita confianza en Dios.”
El religioso se fue de Nicaragua el 23 de abril del 2019, por orden directa del Santo Papa Francisco, días antes de su partida hacia Roma, únicamente refirió que la máxima autoridad de la institución católica le dijo: “Me interesa tenerte conmigo acá (Vaticano). En este momento, te necesito”. El obispo no quiso entrar en detalles sobre las motivaciones de su traslado.