Según detalló a al “Rojo Vivo “, Castillo vivió 14 años en varios países de Centroamérica y en México junto a sus captores. “Fui vendida la primera vez a un grupo de 30 militares. Perdí la conciencia de qué hacían con mi cuerpo, no soportaba,volvía y desmayaba, volvía y desmayaba, cuando han terminado llaman a mi tratante y vuelve y me recoge, y me trasladan a otro lugar”, manifestó Castillo.
Asimismo, la mujer , dijo que la encerraban en una jaula con otras jóvenes y tenía que producir 800 dólares al día para sus traficantes, de lo contrario sería golpeada.
“La primera vez que intenté escapar, ellos me golpearon aquí y aquí… ¿ves la cicatriz?, ¿ves la otra?”, recordó en la entrevistada mientras señalaba los extremos de su sien.
Además, agregó que la segunda vez la marcaron en su seno derecho; aunque no especificó con qué. .
Logra escapar con su bebé
Producto de los constantes abusos, Rosa Castillo quedó embarazada y cuando nació su bebé se sintió motivada para intentar escapar por tercera vez, así que aprovechó la embriaguez de sus secuestradores después de una fiesta.
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“Metí a mi bebe en una maleta y salté una cerca”, especificó sobre el momento de la fuga.
Castillo señaló que una vez que se alejó del sitio donde permaneció cautiva, una patrulla fronteriza la rescató y posteriormente denunció a los traficantes y días después algunos fueron detenidos.
Rosa Castillo ahora vive en los Estados Unidos, donde recibió tratamiento psicológico por cinco años para afrontar lo terribles traumas de todo lo que vivió.