Además del maltrato de la madre, un hermano de la procesada y tío de la víctima, abusó sexualmente de la niña.
Los abusos sexuales contra la niña comenzaron en febrero de 2012, cuando el tío, de iniciales A.A.R.R., llegó a vivir a la casa de la acusada. El hombre manoseaba a la niña en distintas partes de su cuerpo. Los abusos sexuales del tío hacia la niña se terminaron hasta que este se fue de la casa a finales de 2013.
Cuando la niña le contó a su madre, la acusada no le creyó y en cambio comenzó a maltratarla físicamente. Varias veces le quebró palos de escoba en el cuerpo y le gritaba “que era una zorra, que se entregaba a otros hombres”.
Cuando la víctima intentaba comunicarse vía telefónica con su padre, que vive en Estados Unidos, su madre siempre la estaba vigilando y le arrebataba el teléfono, para que no le contara lo que su tío le hacía.
Luego, al cumplir los, 13 años de edad, la madre autorizó la salida de la menor a Estados Unidos. La víctima creyó que se reuniría con su papá, pero la acusada tenía otros planes, pues la vendió a un hombre con quien ella aparentemente ya había negociado previamente la entrega de la menor. La acusada a cambio recibió más de 2 mil dólares en varios depósitos.
El padre de la niña conocía al abusador, pero desconocía lo que estaba pasando con su hija. Fue hasta que la niña pudo contarle lo sucedido que su progenitor denunció al hombre en Estados Unidos.
En octubre de 2017, una juez especializada en violencia de Managua absolvió al tío de la niña por abuso sexual, pero en 2018 la Sala Especializada en Violencia del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM) revirtió el fallo de la juez y condenó al hombre a 12 años de cárcel. El caso actualmente está en la etapa de casación en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Mientras tanto, el hombre de Estados Unidos cumple una condena en ese país por abusar a la menor.
Por su parte, la madre de la víctima actualmente está detenida y enfrenta un proceso en los juzgados de Managua, por los delitos de explotación sexual y violencia doméstica o intrafamiliar en perjuicio de su hija, quien actualmente tiene 18 años de edad. La Fiscalía presentó como pruebas los envíos de dólares recibidos por la mujer.
Fuente: La Prensa
