Fuerzas policiales de gobiernos continúan asediando particularmente las actividades religiosas que se realizan en diferente partes del país o cualquier tipo de manifestación pacífica. Los últimos hechos registrados son la de misa de aniversario en conmemoración a los caídos en la masacre acontecida el pasado 8 de julio de 2018 en la ciudad de Jinotepe, departamento de Carazo y en la Iglesia Divina Misericordia en Managua donde se realizaría un homenaje a las víctimas del ataque del pasado 13 de julio de 2018.
“Estos hechos ocurren en un contexto de intensificación de amenazas contra la Iglesia Católica y líderes religiosos. Inclusive, ante las amenazas de muerte, un sacerdote de Estelí habría decidido salir del país”, manifiesta el reporte del Meseni.
El boletín del Meseni reportó que 491 presos políticos fueron excarcelados y a algunos se les ha archivado sus causas, pero también la CIDH advierte que las personas que salieron de la cárcel “continúan en su mayoría sin información sobre su liberación, además siguen siendo citados a audiencias y sus procesos continúan”, y, además, son víctimas de asedio, vigilancia, hostigamiento y amenazas.
Igualmente, el reporte detalla que “en muchos casos, la Policía Nacional no habría devuelto bienes y objetos personales como identificaciones, teléfonos celulares y equipos electrónicos.
El boletín del Meseni, con información y cifras actualizadas al 25 de junio de este año, reportó que 327 personas fueron asesinadas por la represión, 491 excarcelados, 91 detenidos, cuatrocientos profesionales de la salud despedidos, 144 estudiantes expulsados, más de setenta periodistas y trabajadores de medios exiliados, setenta mil nicaragüenses huyeron a países vecinos.