Monseñor Silvio publicó en redes sociales "Este fue el tuit que publiqué hace un año después de ser agredido en Diriamba por turbas orteguistas. ¡Dios bendiga a Nicaragua y nos conceda la auténtica paz que nace de la justicia!"
En el trayecto hacia Diriamba, el Padre Edwing, quien estuvo presente ese día, recuerda como las personas sacaban la bandera de Nicaragua, rostros dolidos y una profunda tristeza, la cual se reflejaba no solo en la ciudadanía, sino en las calles.
El obispo Silvio Báez, el cardenal Brenes y el nuncio Sommertag al llegar a Diriamba fueron retenidos por personas, quienes les gritaban “Golpistas, golpistas, golpistas”. En el momento, los religiosos al intentar ingresar a la basílica, los armados los empujaron hasta entrar y romper la barrera humana que los sacerdotes formaron, para evitar que se llevaran a los manifestantes refugiados en el lugar.
Monseñor Mántica afirma que él observó cómo dos jóvenes fueron sustraídos por los para policías. Lograron sacar a unos 10 o 15 jóvenes, no tengo la cifra exacta de los que logramos sacar ahí”, dijo el párroco de la iglesia San Francisco de Managua en una entrevista al Nuevo Diario, también afirmó que una de las rescatadas por los cleros católicos estaba la enfermera M.J.R., quien estuvo cerca de morir al comenzar la Operación limpieza en Diriamba, Carazo.
El religioso además agregó las agresiones recibidas de parte de una mujer y un encapuchado, quien le dio un manotazo en la cara e intentaron encerrarlo en un cuarto pequeño de la basílica. Sin embargo, una de las escenas de ese 9 de julio del año pasado que su memoria no borra es cuando un sujeto se acercó a monseñor Silvio Báez, únicamente, para propinarle un golpe en el abdomen. El ataque solo se detuvo tras una llamada del nuncio a la presidencia de la República, pidiendo respeto a su investidura de diplomático, recuerda Mántica.
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