Moisés Ortiz Moraga, acusado de causarle la muerte a la niña Diana Raquel Gutierrez, de 12 años, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado 23 de mayo en la letrina de un barrio capitalino, confesó a su papá que había cometido el crimen pocos días después de que la niña fue reportada como desaparecida.
Según la Fiscalía, esta versión fue confirmada por el pastor evangélico Marco Antonio Tijerino, quien forma parte de los testigos del caso y llegará a decir al juicio que Moisés Ortiz Moraga en junio de 2018, llegó a su casa bajo los efectos de las drogas a contarle que había matado a alguien, sin precisar sexo ni edad. La confesión también se la habría hecho a su padre, del mismo nombre, Moisés Ortiz.
De acuerdo al relato, el acusado le dijo al pastor que había asesinado a una persona, que la había apuñalado y envuelto en una sabana, para después arrojarla a una letrina. “Al día siguiente visité la casa del papá de Moisés Ortiz, le pedí que llegara a la iglesia, y llegó, le pregunté si era cierto que su hijo le había contado lo de un crimen y me respondió que era verdad, pero que no le había hecho caso porque andaba drogado”, explicará el pastor, según la Fiscalía.
El acusado acabó con la vida de la niña al propinarle golpes con un machete, provocándole un trauma craneoencefálico severo y fue hasta casi un año después que apareció el cuerpo de la menor.
Fuente: El Nuevo Diario