Según la certificación del INE, pública en La Gaceta del 25 de marzo, desde inicio de este mes la energía eléctrica subió un 1 por ciento.Con esta nueva resolución el precio medio de venta al consumidor final pasó de 217.6 dólares por megavatios en enero de 2019 a 219.8 dólares por megavatios en marzo.Este aumento con respecto a diciembre de 2018 es del 4 por ciento, ya que para entonces el precio medio de venta era de 211.5 dólares por megavatios. Dicho precio se había mantenido desde marzo 2018.
Hasta el cierre del 2018, estadísticas del INE revelan que un 20 por ciento de la energía eléctrica se perdió en las redes de distribución, de ese porcentaje un 14 por ciento lo asume el consumidor a través de la tarifa. Eso encarece el precio de la energía en Nicaragua, ya que a nivel regional el promedio de pérdidas es del 11 por ciento.
Se desconoce si este aumento corresponde a un ajuste por los precios internacionales del fuel oil, derivado del petróleo que se utiliza para la generación de electricidad, o si corresponde a la generación de energía eólica que es un poco más cara, expresa el ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas.
“Hay que ver el componente de la matriz energética, cómo ha variado de enero a marzo y cómo ha variado el precio del combustible de enero a marzo, pero es una variación del precio de compra y de la tarifa, pero no específicamente la que va dirigida al cliente, al final al consumidor esa energía le puede llegar más cara o más barata, porque se incluyen otros componentes”, dijo Bárcenas.
Lo cierto es que, al incrementar la energía, más aún cuando el país vive una profunda recesión económica, se reduce más el poder adquisitivo.El economista y docente Luis Murillo manifestó que con el inicio de la crisis el consumidor se vio fuertemente afectado y con el alza en la energía la situación empeora.
“Esta afectación viene a contribuir a un deterioro del poder adquisitivo y a la pérdida de competitividad de las distintas empresas, sin embargo, hay que estar consciente de que esto sucede porque aún somos dependientes del búnker, entonces con el alza en el petróleo, siempre vamos a ser afectados”, dijo Murillo.
Cóctel de alzas
Por su parte, Juan Carlos López, coordinador del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor, manifestó que el bolsillo del consumidor cada día se hace más pequeño con todas estas alzas.
“El salario mínimo congelado, alza en el combustible cada semana, la reciente reforma fiscal que provocó alza en la mayoría de los productos y el alza de la energía, es un cóctel fuerte, al final con todo esto el consumidor comprará menos combustible, va a salir menos, reduce sus gastos, entonces la economía se contrae más”, confió López.Además, antes que se diera el alza en enero y ahora en marzo, el consumo de energía eléctrica en Nicaragua estaba deprimido.