“Demandamos que las negociaciones no inicien hasta que se libere al último preso político, como garantía de cumplimiento del acuerdo. Ningún otro acuerdo puede ser válido y legítimo en tanto no se liberen a todas y todos los presos políticos”, informó el Comité, en un comunicado.
El acuerdo no tomó en cuenta la exigencia del Comité y de diversos sectores de la sociedad nicaragüense, incluyendo la misma Alianza Cívica, de no iniciar las negociaciones con manifestantes en prisión por temor a que el Gobierno los utilizara como rehenes y únicamente los liberara de acuerdo con sus necesidades.
“Demandamos la liberación de todas y todos los presos políticos a través de la anulación de los procesos judiciales. No apoyaremos ninguna solución que lleve a la impunidad”, agregó el Comité.
En conferencia de prensa hecha en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) estos mismos familiares expresaron su desacuerdo con la forma en cómo la Alianza Cívica está permitiendo que el gobierno de Ortega utilice a los presos políticos, como tal si se tratara de una moneda de cambio con la que se puede “jugar” a diestra y siniestra.
“No es posible que vengan muy tranquilamente a dar un comunicado en la que se tomó una decisión de 90 días, y yo creo que se debe tomar muy en cuenta el sentir de la población. Pedimos encarecidamente que tomen en cuenta las opiniones de las personas víctimas de esta situación… si en verdad les preocupa la población, siéntense con nosotros a plantear puntos específicos para que representen al pueblo como se tiene que hacer”, expresó Marielo Montalván, hermana de Wilfredo Brenes, uno de los presos políticos de Masaya.
Los familiares de los “presos políticos” también exigieron conocer el calendario de liberación de reos y que el proceso cumpla con los estándares internacionales de derechos humanos.
Asimismo, pidieron que tanto la Cruz Roja Internacional como el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) y el Comité formen parte de las negociaciones, como garantes de la liberación.
“A mí me impactan algunas historias de los presos como Carlos Brenes y otros, personas de 60 años para arriba viviendo en condiciones carcelarias horrorosas, quienes sufren hipertensión, neuropatía diabética, o sea, esa crueldad nunca la vivimos en la época de Somoza. Yo le hago un llamado no solo al Gobierno, sino también a la militancia sandinista, para que tomen conciencia de lo injusto que está pasando. La salida de nuestros presos no es una concesión, es un deber a la justicia y al humanismo, porque se tratan de personas con enfermedades graves con las que conviven a diario”, expresó Amparo Baltodano, hermana de Ricardo Baltodano.