-“Amorcito… si supieras, no solo atendemos una sala, atendemos cuatro salas que siempre sobre pasan la capacidad. Nuestro trabajo es duro, tratamos de hacer nuestro trabajo bien y rápido”
A la respuesta de la agotada enfermera de turno no identificada se sumó el detalle de sus actividades a realizar:
- Tache de medicamentos
- Visita médica
- Curaciones
- Preparación y suministro de medicamentos
- Notas de enfermería
“Para trabajar más y mejor necesitamos una enfermera más en todos los turnos en el hospital. Así cada una tendrá una sala a cargo”, recomendó con hincapié. Pregunté por qué no han hecho formal solitud de una cuarta compañera enfermera al director Eslaquit del Hospital Escuela Regional Santiago de Jinotepe (H.E.R.S.J)
Su respuesta fue que el director del H.E.R.S.J. No las escucha pues, aseguran ya haberlo solicitado a su jefa de enfermería. Después de realizar ésta pregunta a la enfermera, la supervisora de enfermería llegó al puesto de mando para preguntarme ¿Por qué preguntaba tanto y, con qué permiso?
Le dije que era una ciudadana más y que no tenía una cámara para grabar o tomar fotos. Muy molesta contestó: “Necesitás solicitar autorización para hacer esto. Ellas no te darán su nombre, es prohibido”.
Me despedí de las enfermeras con la promesa de que haría saber a todos de la urgencia de contar con un cuarto recurso humano de vestido blanco. Vi más tarde que la jefa de enfermería abandonó el puesto de mando. Me acerqué para dar gracias por la confianza y la información.
“Nos regañó”, susurró una de las tres enfermeras informantes.
Jemima Estrada.