A las tres de la tarde y bajo una pertinaz llovizna, el cortejo fúnebre ingresó a la parroquia Santiago Apóstol, donde aguardaban los sacerdotes, padre, Edgar Rodríguez, Neguib Eslaquit y Germán Prieto, para dar el último adiós a su gran amiga, mientras que en las afueras del templo parroquial los mariachis, estaban preparados para cantarle las mañanitas.
“Ella estaba convencida y así lo creo por la fe, que estaría en el cielo el día de su cumpleaños”, dijo el padre, Eslaquit, que acompañó a la profesional de la odontología hasta los últimos alientos de vida.
Por su parte el padre, Germán Prieto, recordó los años de permanencia de la doctora Rojas, en Betania, y la calificó como una mujer ejemplar que a pesar de sus dolencias y sabiendo que estaba cerca la hora de partir, jamás renegó y siempre tuvo la certeza de que Dios la esperaría en el cielo.
La muerte de la doctora, Rojas, impactó grandemente a los jinotepinos, en especial a sus familiares: Su mamá, María Victoria, sus hijas, Jissela, Verónica y María Mercedes, así como a sus hermanos, Deysis, Dalila, María Esther, Yeniba y Danilo, que recibieron la tierna solidaridad de los jinotepinos esta tarde.
Periodista Alberto Cano Esteban