Doña Sayda Medina, “La Chelita”, dirigente de una de las organizaciones de comerciantes y propietaria de ese establecimiento, publicó en su página de Facebook, que si no limpian las alcantarillas, el hedor aumenta y los clientes se corren por la tufarada.
Según los comerciantes, el sistema de desagüe, esta malo desde su construcción por la manera en qué fue diseñado, pero los mismos comerciantes y vendedores de carne, como, don, Arsenio Matus, dicen que el problema no es el mal diseño, sino la poca consciencia de los que obstruyen las alcantarillas con pedazos de trapos, carne y hasta huesos.
Después, nadie soporta la fetidez y de ahí las iniciativas de los “Aseado”, que procuran un mercado más aseado y presentable para ser atractivo a la vista de los caraceños.
ALberto Cano Esteban